TORRE 95

Para crear una tienda de dos pisos de más de 380 m2 (4,165 pies cuadrados), el equipo de Starbucks trabajó para incluir un mobiliario exclusivo, piezas de arte, así como decoraciones inspiradas localmente y patrones que reflejan la artesanía de la época de oro precolombina. Starbucks también adquirió ladrillos de arcilla producidos exclusivamente para esta tienda desde la cercana ciudad de Bolívar. Cada ladrillo fue cortado a la medida y fue secado en los tradicionales hornos de piedra, creando así un brillo único.

Una de las características más llamativas de la tienda es una instalación de pared a techo, hecho con un material reciclado preparado en Rancagua, Chile con servilletas usadas, tazas, periódicos y cajas de cartón procedentes de tiendas de Starbucks en Santiago. La instalación, formada por más de 140 azulejos (12 pulgadas x 24 pulgadas) en forma de grandes diamantes. Este video "Reliving the Material - Recycling to Last" muestra la realización de la instalación de arte, llevada a cabo desde la planta en Chile hasta su colocación en la tienda en Colombia. En Nueva York, el equipo encontró exclusivas lámparas hechas a mano con un 90% de latón reciclado creadas por el diseñador Doug Newton, basado en Brooklyn. Starbucks también adquirió algunos de los muebles de John Celli, tapizados con cuero reciclado. La compañía Old Wood en Asheville, Carolina del Norte, diseñó algunos de las mesas industriales y las sillas exteriores fueron hechas a mano con alambre de hierro por Bend, localizada en Los Ángeles.

Desde adornos tradicionales, hasta materiales de la región, que dan a conocer tanto el arte local como el internacional, la diseñadora senior de Starbucks, Hannelore Freer buscaba crear un espacio que reflejara el amor que Starbucks tiene por el café, la comunidad y los detalles artesanales.